Métodos y Técnicas de Investigación 1

jueves, 27 de setiembre de 2007

Cortesía de: El que no debe ser nombrado J
UNA NUEVA CONTRIBUCION RECIEN SALIDITA DEL HORNO

Tuve conocimiento de este blog recientemente. Pero debo decir que sentí amor a primera vista en cuanto leí todo lo que estos héroes anónimos decían sobre nuestra querida facultad. Sinceramente tenía un nudo en mi garganta al leer las líneas pues deseaba gritar a los cuatro vientos que no era yo solamente quien se sentía así de frustrado. Animado por estos mártires decidí meterme de lleno a escribir (creo q no lo hago bien, pero que demonios pensé).

Creo que comenzaré a contarles acerca de mi experiencia en uno de los cursos que me parecía más importante y que generó una gran expectativa en mí: MÉTODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN 1.

Cuando vi por primera vez el nombre que llevaba este curso me invadió una excitación e ilusión enorme. Me pensaba entre libros buscando información, en la calle entrevistando, descubriendo casos, generando polémica. Sin embargo nunca pude estar tan lejos de la realidad pues al llegar a mi primera clase de MÉTODOS Y TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN 1 me encontré con la profesora más, digámoslo de esta manera: “relajada” que siempre recordaré. LA PROFESORA BIBOLINI!!!!!

En toda mi vida universitaria no había tenido una profesora tan renuente a dictar clases (pienso que sufría de clasefobia o algo parecido, si por favor algún psicólogo podría ilustrarme en este caso se lo agradecería). Cuando llegó la primera clase nos sorprendió que solo durara 45 minutos de las tres horas que teníamos. Bibolini se disculpó y dijo que recuperaríamos clases en otra ocasión. Bueno - pensé yo y mis compañeros, ¿que es una clase cuando uno no se ha visto con varios compañeros después de vacas? Aprovecharíamos el tiempo para conversar y ponernos al tanto de todas las vivencias. Sin embargo, llego la siguiente clase y Bibolini no aparecía.

¿¡Oe la profe ya se demora no!? Si pe on! Ya fugo creo.

Ese era el comentario más sonado en el momento. Cansados de esperar más decidimos enviar un ágil emisario que preguntaría en mesa de partes y otro para que averiguara en el correo si la profesora llegaría o si es que había cancelado la clase. En unos momentos volverían los enviados para decirnos que nadie sabía NADA!!

Todos procedimos a despejar el área (menos unos cuantos tercos…OBVIOOO….que deben seguir esperando aun…FACIL)

Bueno, Bibolini siguió haciendo de las suyas, una y otra y otra y otra vez. Si es que no asistía, llegaba tarde y se iba temprano, cancelaba la clase faltando unas horas (gracias de parte de todos los que vivimos a una hora o más de viaje de la universidad y que para colmo solo teníamos esa bendita clase al día) hablaba tan rápido que nadie le entendía y se desesperaba como si quisiera terminar la clase para salir a hacer otras actividades, que por demás está decirlo, eran más interesantes que enseñarles a unos cuantos alumnos.

Era obvio que Bibolini nos debía unas disculpas. Y bueno, ese día llegó. La profesora habló sabiamente, habló de deberes y derechos, de ser y hacer, de disculpas y otras muchas cosas. Me sentí bien conmigo mismo y en nuestras caras de alumnos se vislumbraba una sonrisa de satisfacción. Pero toda esta parafernalia de pedir disculpas tenia una motivación vil en su más desagradable sentido.

De pronto la profesora dijo:

BUENO MUCHACHOS TIENEN ESTA SEMANA PARA HACERME ESTAS ENCUESTAS QUE LES TENGO PREPARADAS.

¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿WHAT THE FUCK? Se preguntaron los alumnos.

Un valiente dijo: ¿Profesora eso no es del curso NO? o ¿si?

PUES CLARO QUE NO ERAN DEL CURSO!!! ERAN DE SU CHAMBA!! NO LA NUESTRA. LA GENTIL PROFESORA PRETENDIA MANDARNOS A ENCUESTAR PARA AHORRARSE UNOS CENTAVOS EN CONTRATAR ENCUESTADORES DE VERDAD EN SU TRABAJO. CON LAS JUSTAS NOS IBA A DAR 15 LUCAS DE VIATICOS.

Algunos nos sublevamos y decidimos no realizar las encuestas, otros fueron sobornados con enciclopedias (con datos desactualizados… OJO) y algunos libracos de primeros auxilios.

En cuanto a las prácticas ¿que se podía esperar? ¿Aprender Excel? ¿Aprender a tabular? Quizás… PUES NO!! NADA DE ESO!!

Las prácticas eran más de lo mismo con un singular y risueño personaje, que como pata era brabazo (incluso algunos lo tienen en el hi5) pero que como jefe de practica estaba EN NADA!! Las clases eran de 10 minutos. SI!... ASÌ COMO LO LEEN 10 MINUTOS DE DOS HORAS! Hacíamos cualquier mamarracho en Excel y nos podíamos ir a nuestras casas. Sin embargo, algunos preferíamos quedarnos a escuchar música, navegar por la web o simplemente ver perreo chacalonero en youtube con toda la chacota organizada por el grupo (incluído nuestro estimado jefe de práctica GEORGE).

BUENO BUENO!! Ya no quiero ser más extenso con esto. Solo quiero recalcar que así como hay tan malos profesores hay algunos que me parecen excelentes y con los cuales he aprendido un montón. Tales son los casos de la profesora Carla Colona, maestra de maestras o el exigente jefe de prácticas Jaris Mujica (de quien pueden decir muchas cosas…pero que no enseña!? Eso JAMAS). Como dijo un compañero anteriormente: Deberían haber más Kuperstein, Colona, Mujica, Espinoza, Dettlef (o como se escriba. Perdonen la ignorancia) y menos Bibolini, Kantor, Bedoya, etc, etc, etc,………

¡Celebramos nuestra primera contribución!

jueves, 20 de setiembre de 2007

Estimadísimos amigos lectores, ya hemos recibido las primeras contribuciones para nuestro pequeño pero puntilloso blog. Aquí les dejo una reseña de lo vivido por mi amigocha Mrs. Pelusa Smith, quien toda diligente y presurosa ella se inscribió en el VIII Coloquio de Comunicaciones "Responsabilidad y Comunicación" de la PUCP, dejando de lado sus obligaciones, y salió sintiéndose vilmente estafada. Mejor les dejo el artículo a continuación para que lo lean ustedes mismos (y no se olviden de seguir enviando las reseñas de lo vivido en ese mundo paralelo denominado Facultad de Comunicaciones PUCP).

YAYYY!!!

el (la) gran abeja maya.
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Cortesía de: Mrs. Pelusa Smith.
Ay Rosa María, sabía que lo harías…

La emoción me embargaba. La expectativa también. ¡Al fin podría asistir a un Coloquio de Comunicaciones! Los talleres no podían sonar más que prometedores: Wendy Ramos para escénicos, Hildebrandt para Periodistas y para Publicistas, uno que sonaba muy tentador: Taller de Expresión y Creatividad. Esto me ayudará, pensé… ilusa de mí.

Iba yo pensando en 2 cosas: Por un lado, las múltiples técnicas de pensamiento lateral, enfoques diferentes e innovadores que pudieran ayudarme en el proceso de crecimiento profesional gracias a este curso y por otro lado, andaba pensando en que no me había inscrito en el Coloquio..así que a volar.

Sabrán ustedes estimados lectores que yo trabajo, así que solicité permiso para ir a inscribirme en el taller mencionado, perdiendo de esta manera 2 horas de trabajo. No importa me dije, el taller bien lo valía.

Llegué y ya no había atención porque era hora de refrigerio, así que debí esperar a que dieran las 3 pm para recién inscribirme. No me molestó esperar, EL TALLER BIEN LO VALÍA.

Comencé a merodear por la universidad y como había dejado mi almuerzo en el trabajo, tuve que comprar mi menú porque el básico estaba fatal; caballera pues, a pagar mis 7 soles no más, total, EL TALLER BIEN LO VALÍA.

Dieron las 3 de la tarde y corrí a inscribirme, gracias a dios alcancé un cupo. Me sentí tan privilegiada de haberlo alcanzado pues este Taller de Creatividad o al menos pintado de esa manera era, después del Publimatch , el más interesante para un publicista. Qué bueno que alcancé el cupo, EL TALLER BIEN LO VALÍA.




Regresé a mi trabajo y como los horarios interferían con mi chamba, pedí permiso para faltar toda la tarde los días del Coloquio. Tuve que acelerar mis deberes y quedarme más tarde para poder asistir sin problemas. No me importó soportar las horas extras, EL TALLER BIEN LO VALÍA.

Finalmente, el gran día llegó. Estaba yo muy ansiosa de conocer a la Directora Creativa encargada del Taller o a la Profesora de Creatividad que dictaría tan sonado taller. Casi corriendo, llegué al Z 303 para no perder ni un minuto de la clase, cuando entonces la ví… rubia y feliz como ella sola, la gran Diana Levine. “¿En qué agencia habrá trabajado?” Me pregunté, inocente de mí, cuando de pronto llegaría la única y publicitaria Rosa María a aclarar mis dudas. Con su voz persuasiva, nos presentó a la “maestra” en Creatividad…una actriz, profesora de Stand Up Comedy.

El verdadero nombre del taller

Debo decir que a mi me encanta el teatro, no tengo nada en contra de los actores, es más, practico el teatro desde hace tiempo, pero si un taller va a ser sobre el STAND UP COMEDY, ¿Por qué llamarlo “Taller de Creatividad”? ¿El Taller en verdad valía la pena? Démosle una oportunidad me dije, tal vez nos enseñen alguna técnica expositiva para enfrentar al cliente o probablemente alguna forma práctica de pensamiento que ligue el teatro y la publicidad.

Sí, mis queridos amigos, el reino de la ilusión y fantasía me invadió por completo en ese momento; la profesora ni siquiera sabía que el quórum al cual pretendía dirigirse eran publicistas y realizó una dinámica como para quemar tiempo y salir del paso que duró más de una hora (de las 2 que duraba el “Taller”); dinámica que yo ya había hecho en un curso de actuación porque… ¡ERA PARA ACTORES!.

Ay Rosa María, realmente no sé si me decepcionaste más que el día que oí tu primera clase de Redacción Publicitaria, pero hay que ser claros y no engañar a los alumnos que así como yo, tenemos mil cosas que hacer y dejamos de lado por “talleres” que no aportarán en nada para nuestra formación como creativos publicitarios. Seamos un poco más sinceros la próxima vez y digamos ”TALLER DE STAND UP COMEDY para Artes Escénicas”, y no solapemos la ausencia de talleres para publicistas colocando amigos improvisados en áreas que desconocen.

Sí Rosa María, lo hiciste de nuevo…que más puedo decir.

FLASH INFORMATIVO - Premio Ardilla de Oro

lunes, 3 de setiembre de 2007

La ardilla de oro es atrapada in fraganti

En calidad de exclusiva, tenemos una foto tomada secretamente por nuestro equipo Re:contrabrief, de lo que sería la propuesta oficial para el trofeo de “La ardilla de oro” PUCP de este año.

Como podemos observar, se muestra una ardilla ágil, veloz, y trepadora que lucha incesantemente por tomar en sus garras la tan ansiada nuez. Esto sería una excepcional y bien pensada metáfora de los objetivos de la publicidad (representada por la ardilla) que la Pucp quiere premiar.

Asimismo, les ofrecemos las medidas para que las agencias respectivas puedan ir haciéndole espacio a la ardillita entre sus leones, osos, soles, ojos, y demás.
15cm x 25cm

Un especial agradecimiento a mi amigo El Diseñador, que inspirado por esta iniciativa tan ardillesca, se tomó unos momentos de su tiempo para colaborar con esta propuesta. Si ustedes tienen alguna, no duden en enviárnosla.